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«El viejo Tom Bombadil es un viejo puto sujeto sencillo,
de chaqueta azul brillante y zapatos amarillos, además de poseer un cuerpo escultural y un numeroso harén de hermosas elfas»
~ Tom Bombadil sobre él mismo
Personaje creado por J. R. R. Tolkien bajo el patrocinio de Ágatha Ruiz de la Prada, que se caracteriza por su peculiar gusto en el vestir y por su desmesurada afición a las canciones y los cuentos.
Originalmente Tolkien creó a Bombadil para contarle cuentos de terror a sus hijos por las noches. Como los hijos eran pelín nerviosos, el autor hizo a su personaje con una habilidad especial: ser más pesado que Falete vestido de buzo. Los críos caían fritos a la tercera canción.
Posteriormente Tolkien glosó las ¿aventuras? de Bombadil en un tocho libro de poemas llamado The Adventures of Tom Bombadil. Pero no se iba a quedar ahí la cosa, no...
Cuando estaba escribiendo la primera parte de El Señor de los Anillos Tolkien pensó que la historia le iba a quedar un poco corta. Y como en aquella época los escritores cobraban por peso, decidió meter con calzador a su amigo Bombadil y ponerle a contar historias y a cantar canciones durante porrocientas páginas (posteriormente la trama se complicó y El Señor de los Anillos llegó a ocupar seis libros publicados de dos en dos, más los apéndices, los mapas y todas las demás chorradas creaciones que los bolsillos de los frikis se pudieran permitir).
Dentro del universo de El Señor de los Anillos la presencia de Bombadil es más importante de lo que puede parecer en un primer momento. Ya que fue “El Primero” en la Tierra Media, ya estaba allí antes de que llegasen los dioses... y ése fue el motivo de que se instalaran en el continente más lejano, poniendo un océano y una alta cadena montañosa entre ellos y él.
Además de ser un sujeto sencillo, de chaqueta azul brillante y zapatos amarillos, Tomás Bombadil, aka Tom Bombadil, es un tipo bajo, casi de talla enano, regordete y sonriente. Nadie sabe los pitos que se mete cada día, aunque al vivir en el bosque tiene acceso a todo tipo de setas, pero pese a su masa corporal es capaz de recorrer largas distancias cantando y bailando, lanzando su gorrito al aire y volviéndolo a recoger, como la Reina de los Mares.
Bombadil no trabaja; se pasa el día haciendo el vago y vive de las rentas de su mujer (ver “Familia y amigos”). Su mayor única afición es buscar viajeros extraviados en el Bosque Viejo y acabar con ellos a base de cancioncillas e historias surrealistas. Es capaz de dormir incluso a los árboles, y hasta Naruto lo evitan como Naranjito a los exprimidores.
Se dice que es inmortal e inmune a todo tipo de daño (puede recibir balazos y todo tipo de armento pesado). Lo cierto es que su velocidad, producto del consumo de EPO y amanita muscaria, le da la capacidad de esquivar hasta las balas, y aunque muchos han intentado acercarse a él para darle una puñalada trapera, Bombadil los duerme antes de que lleguen al metro y medio.
Lo que está fuera de toda explicación es por qué, siendo inmortal, inmune incluso al Anillo Único, no ha intentado dominar el mundo. Tal vez las setas sean la respuesta...
Años ha, cuando todavía era joven y el exceso de setas no había arruinado parcialmente su cuerpo, Bombadil pegó el gran braguetazo y se casó con Baya de Oro, moderna ejecutiva dedicada a la gestión hidrográf... hidrofi... hidrogé... vamos, que tenía la concesión de aguas del río que atraviesa el Bosque Viejo. Actualmente es consultora externa del Canal de Isabel II y de Aguas de Gondor, y le financia los excesos a Bombadil a cambio de que no se deje ver con ella en público.
Al igual que ciertas tortugas y algunas especies de wombats, Bombadil se aparea dos veces al año, con el cambio de estación, coincidiendo con los pocos días libres que la pobre Baya de Oro se permite tomarse para descansar. Para lograrlo, Bombadil debe reunir una cantidad considerable de lirios de agua y aparearse con su señora mientras ésta está distraída comiéndoselos, como hace el macho de la viuda negra.
En cuanto a amigos, la verdad es que no tiene, porque nadie lo ha aguantado demasiado tiempo. Se cuenta en El Señor de los Anillos que Gandalf fue a visitarlo al final de la historia, aunque en ningún momento insinúe que sea amigo suyo. Además, Gandalf dijo algo así como “tendremos una charla como no he tenido en mucho tiempo”. Efectivamente: Gandalf no llegó a decir ni pío, y Bombadil no se calló ni debajo del agua.
Sorprendentemente, la intención de Peter Jackson era incluir a Bombadil en la trilogía. De hecho, el proyecto inicial era una tetralogía: después de La Comunidad del Anillo había de estrenarse una peli titulada “The Lord of the Rings: Bombadil Strikes Again... and Again... and Again... and Again...”
El problema fue que los actores fueron incapaces de terminar el guión. Sean Astin, que llegó a la página 307, estuvo tres semanas en coma. A Christopher Lee, que era la primera opción para hacer de Bombadil, se le puso tal cara de cabreo que Jackson decidió recontratarle para hacer de Saruman. Lee dijo a la prensa en su día: “Prefiero morir empalado que volver a tocar ese libreto infecto”.
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